Nunca vi una mañana mas brillante, la nubes nacaradas cubrían discretamente los rayos del sol que a la ves estos atravesaban las cortinas de mi habitación. Lo fresco de la mañana combina con el sonido neutro de las 6 am, nadie en las calles, solo algunas pobres almas que avanzan lentamente a la parada del autobús, hermoso silencio. Revivo.
De pronto caigo de nuevo, mis sentidos comienzan a recuperarse del sueño pesado, de ese sueño que te invade pero no te hace descansar, solo me consume. -Otra vez- pienso mientras caigo en la cuenta de donde estoy, de por que sigo ahí.
Aun recuerdo las ganas de libertad que tenia el día anterior de su llegada a mi vida, de sentir su aire tibio en mi espalda, probar un café y después un beso lleno, caminar descalza con el cielo en mi cabeza, vivir, quería vivir.
Con la mente destruida, a comenzar el día.
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