Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2017

Reencuentro

Se que te estabas escondiendo en mi habitación, ya sentía tu presencia desde que a oscuridad se apodero de ella y te pude reconocer, por lo visto se te a dado muy bien provocarme este insomnio que ataca todas noches y mira que antes te bastaba verme llorar un poco, pero ahora? También te llevas mi sueño?.  Se cuando me abrazas, mi amiga de toda la vida, vaya que has crecido y no me e dado cuenta por lo visto tienes mucho que contarme, yo igual a ti pero creo que ya lo sabes todo. Volví a fracasar, a ser nada, a quedarme tirada lamentándome de mi existencia, volví a perder el gusto por lo que amaba, un atardecer, una taza de café, la buena compañía, sonreír. Mira que la lista es larga pero tu, siempre has estado, pequeña en mi hombro izquierdo mirando todo lo que e dejado pasar. Lo recuerdas?. Me esta consumiendo, su veneno se esta inyectando en mi lentamente, lo quiero pero me esta destruyendo, el no sabe nada de mi y mientras lo abrazo, solo pienso cuando va a terminar todo e

20 Lunas

Ojala y nunca te hubieras ido de mi piel, que tu adiós hubiera sido mentira y que este dolor no fuera mas que una migraña, de esas que cualquier analgésico quita. Hoy, a 20 lunas de que te fuiste sigues tan presente que tu aroma acompaña el insomnio que rasga mi sueños. Se me acaba la voz por querer llamarte, de alguna manera vas a aparecer frente a mi y me dirás lo que tanto e esperado oír, que este tiempo nunca pasó, que tu amor no terminó. Convenceme de que todo fue un sueño, te creeré si vienen de tu boca. La ciudad ya no me sabe a nada, las luces de la noche solo me recuerdan los paseos nocturnos que solíamos dar, todo sigue tan igual, todo esperando a cuando regreses. Y aquí sigo escribiendo cartas que se que nunca vas a leer, mandando palabras con el viento que nunca sabrás y caricias con la luna que se que nunca sentirás; Ojala y nunca te hubieras ido.

Capitulo 15 "Cena para dos"

Comenzando a caer la noche, el fresco propio del ocaso se sentía en la piel y en el ambiente podía respirar la incertidumbre de no saber que iba a pasar, solo sabia que estaba sentada en la camioneta con él, el autor de la herida en mi frente que apenas pudo mi cabello. No me decía nada, solo tenia fija la mirada en el camino, en su mano izquierda un cigarrillo prendido al que dejaba que se consumiera solo. Silencio Las luces iluminaron la ciudad y yo solo me concentré en ver a lo lejos como el cielo se transformaba en noche, podría haber abierto la puerta y escapar, algo, pero no sentía que estaba en peligro, simplemente apague cualquier pensamiento de preocupación. Llegamos a un restaurante pequeño en el centro de la ciudad, adornado con un estilo italiano, con pequeñas mesas de madera en el balcón y música ligera de fondo, muy acogedor. Me sorprendió cuando se bajó de la camioneta y en un salto llego a mi puerta, la abrió y sin decirme nada me tomó de la mano, haciendo una p