Ojala y nunca te hubieras ido de mi piel, que tu adiós hubiera sido mentira y que este dolor no fuera mas que una migraña, de esas que cualquier analgésico quita.
Hoy, a 20 lunas de que te fuiste sigues tan presente que tu aroma acompaña el insomnio que rasga mi sueños. Se me acaba la voz por querer llamarte, de alguna manera vas a aparecer frente a mi y me dirás lo que tanto e esperado oír, que este tiempo nunca pasó, que tu amor no terminó. Convenceme de que todo fue un sueño, te creeré si vienen de tu boca.
La ciudad ya no me sabe a nada, las luces de la noche solo me recuerdan los paseos nocturnos que solíamos dar, todo sigue tan igual, todo esperando a cuando regreses. Y aquí sigo escribiendo cartas que se que nunca vas a leer, mandando palabras con el viento que nunca sabrás y caricias con la luna que se que nunca sentirás; Ojala y nunca te hubieras ido.
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